20/1/23

D. e. p. Juan López Corrales


Encomendamos a Cristo Crucificado el alma de nuestro hermano Juan López Corrales, gran devoto del Cristo Negro y cuya poderosa voz en forma de saeta rompía el silencio en la plaza de Santa María cuando nuestro venerado Titular salía de la Concatedral cada Miércoles Santo a las doce de la noche. Que el Señor le acoja en el sitio que le tiene reservado. Enviamos un fraternal abrazo a sus familiares. Descanse en paz.